Los Salmos y el Rosario son arma y escudo para la vida. El Rosario nos protege con las espinas de las rosas y éstas se ofrendan en cada avemaría a nuestra Madre la Virgen. Los Salmos son espadas ciertas y verdaderas de sabiduría y protección para la vida, son las palabras del corazón del hombre al corazón de Dios. Las armas son para usarlas.
"Escribe San Basilio: El salmo da tranquilidad para el alma, aparta los pensamientos ruidosos, da paz para el alma, reconcilia a los amigos y une a los separados. Expulsa a los demonios y llama la protección de los santos ángeles. Es nuestra arma, la voz de la iglesia, es incienso espiritual. El salmodiar con los santos ángeles nos abre el camino para el cielo".
"También cuando uno reza solo está rodeado de los santos ángeles".
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