martes, 13 de diciembre de 2011

Las armas del cristiano en la vida



La vida es una bendición. Vivir es un regalo, el mayor regalo que hemos recibido. El cristiano tiene una misión en esta vida. Nuestra vida no solo nos pertenece a nosotros, sino a Dios, de quien la hemos recibido, y en él también a la sociedad, a las personas. Nuestra vida, trabajo y vocación pertenecen también a los demás. Tiene una persepectiva social además de personal. La vida es hermosa, pero también es una lucha entre vivir a Dios y con Dios versus vivir alejado o en contra de él.
Las armas que tiene un cristiano para vivir y luchar en este campo son básicas: la eucaristía, la oración, la caridad, la fe, el amor a Dios y a los hermanos.

En la oración, el Rosario y los Salmos ocupan un lugar especial. Son escudo y armadura, al mismo tiempo que espada y lanza de ataque.
El rosario nos protege de todos los males creando un cerco de rosas a nuestro alrededor que el mal no puede atravesar, porque son las mismas rosas que le ofrendamos a la Virgen en cada Avemaría las que nos protegen. El Rosario es la debilidad de amor de Jesús, porque por su madre podemos llegar a compadecer su corazón misericordioso.

Los salmos son poderosísimas armas para defendernos y "atacar" u orar por algo o alguien. Los salmos son oraciones que Jesús mismo rezaba y el pueblo Judío y la Iglesia no han dejado nunca de recitar, porque sus versos están en el corazón mismo del hombre y en su vida.

El cristiano tiene así armas principales que por su potencia -algunas tienen el efecto de un rayo láser o un arma atómica- nutren nuestra vida y fe, nos defienden del mal y ayudan a avanzar en el amor a Dios y los hermanos.

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