sábado, 17 de diciembre de 2011

Si no tuvieras miedo ¿qué harías?

JIDDU KRISHNAMURTI
¿Se disuelve el temor conociendo su causa? ¿Se disuelve? Uno conoce generalmente la causa del temor; la muerte, la opinión pública, las cosas que uno ha hecho y que no quiere que sean descubiertas, etc. La mayor parte de las personas conocen la causa de su miedo, pero eso evidentemente no pone fin al miedo. Por el análisis puede uno descubrir alguna oculta causa del temor, pero tampoco esto libera de él a la mente. Lo que la libera del temor y os aseguro que la liberación es completa- es el darse cuenta del temor sin la palabra, sin tratar de rechazar el temor o escapar de él, sin querer estar en algún otro estado. Si con toda atención os dais cuenta del hecho de que hay temor, entonces hallaréis que el observador y lo observado son una sola cosa, no hay división entre ellos. No hay un observador que dice: “Tengo miedo”; hay sólo el miedo sin la palabra que indica ese estado. La mente ya no escapa, ya no trata de librarse del temor, ya no trata de hallar la causa, y por lo tanto ya no es esclava de las palabras. Sólo hay un proceso de aprender, que es el resultado de la inocencia, y una mente inocente no tiene miedo.
Fuente: http://krishnamurtij.blogspot.com/2007/06/del-libro-la-mente-mecanica-el-miedo.html

martes, 13 de diciembre de 2011

Non abbiate paura (Juan Pablo II)

Spalancate le porte a Cristo!

Non abbiate paura di accogliere Cristo

e di accettare la Sua potestà!

Aiutate il Papa

e tutti quanti vogliono servire Cristo

e, con la potestà di Cristo,

servire l'uomo e l'umanità intera!

Non abbiate paura!

Aprite, anzi spalancate le porte a Cristo!

Alla Sua salvatrice potestà

aprite i confini degli Stati,

i sistemi economici come quelli politici,

i vasti campi di cultura,

di civiltà, di sviluppo.

Non abbiate paura!

Cristo sa cosa è dentro l'uomo.

Solo Lui lo sa!

Oggi così spesso l'uomo non sa

cosa si porta dentro,

nel profondo del suo animo,

del suo cuore. Così spesso è incerto

del senso della sua vita su questa terra.

E' invaso dal dubbio

che si tramuta in disperazione.

Permettete a Cristo di parlare all'uomo.

Solo Lui ha parole di vita,

sì, di vita eterna!

Meditazioni di Giovanni Paolo II

¡Hermanos y hermanas! ¡No tengáis miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad!

¡Ayudad al Papa y a todos los que quieren servir a Cristo y, con la potestad de Cristo, servir al hombre y a la humanidad entera!

¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo! Abrid a su potestad salvadora los confines de los Estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura. de la civilización y del desarrollo. ¡No tengáis miedo! Cristo conoce «lo que hay dentro del hombre». ¡Sólo El lo conoce!

Con frecuencia el hombre actual no sabe lo que lleva dentro, en lo profundo de su ánimo, de su corazón. Muchas veces se siente inseguro sobre el sentido de su vida en este mundo. Se siente invadido por la duda que se transforma en desesperación. Permitid, pues, – os lo ruego, os lo imploro con humildad y con confianza – permitid que Cristo hable al hombre. ¡Sólo El tiene palabras de vida, sí, de vida eterna!

Las armas del cristiano en la vida



La vida es una bendición. Vivir es un regalo, el mayor regalo que hemos recibido. El cristiano tiene una misión en esta vida. Nuestra vida no solo nos pertenece a nosotros, sino a Dios, de quien la hemos recibido, y en él también a la sociedad, a las personas. Nuestra vida, trabajo y vocación pertenecen también a los demás. Tiene una persepectiva social además de personal. La vida es hermosa, pero también es una lucha entre vivir a Dios y con Dios versus vivir alejado o en contra de él.
Las armas que tiene un cristiano para vivir y luchar en este campo son básicas: la eucaristía, la oración, la caridad, la fe, el amor a Dios y a los hermanos.

En la oración, el Rosario y los Salmos ocupan un lugar especial. Son escudo y armadura, al mismo tiempo que espada y lanza de ataque.
El rosario nos protege de todos los males creando un cerco de rosas a nuestro alrededor que el mal no puede atravesar, porque son las mismas rosas que le ofrendamos a la Virgen en cada Avemaría las que nos protegen. El Rosario es la debilidad de amor de Jesús, porque por su madre podemos llegar a compadecer su corazón misericordioso.

Los salmos son poderosísimas armas para defendernos y "atacar" u orar por algo o alguien. Los salmos son oraciones que Jesús mismo rezaba y el pueblo Judío y la Iglesia no han dejado nunca de recitar, porque sus versos están en el corazón mismo del hombre y en su vida.

El cristiano tiene así armas principales que por su potencia -algunas tienen el efecto de un rayo láser o un arma atómica- nutren nuestra vida y fe, nos defienden del mal y ayudan a avanzar en el amor a Dios y los hermanos.

lunes, 12 de diciembre de 2011

"Trust in Jesus blindly" Madre Teresa de Calcuta



Salmo 78 Versión Biblia de las Américas

Fidelidad de Dios hacia su pueblo infiel

Salmo 78

1Masquil de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. 2En parábolas abriré mi boca; hablaré enigmas de la antigüedad, 3que hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado. 4No lo ocultaremos a sus hijos, sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, su poder y las maravillas que hizo. 5Porque El estableció un testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel, la cual ordenó a nuestros padres que enseñaran a sus hijos; 6para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer; y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos, 7para que ellos pusieran su confianza en Dios, y no se olvidaran de las obras de Dios, sino que guardaran sus mandamientos; 8y no fueran como sus padres, una generación porfiada y rebelde, generación que no preparó su corazón, y cuyo espíritu no fue fiel a Dios. 9Los hijos de Efraín eran arqueros bien equipados, pero volvieron las espaldas el día de la batalla. 10No guardaron el pacto de Dios, y rehusaron andar en su ley; 11olvidaron sus obras, y los milagros que les había mostrado. 12El hizo maravillas en presencia de sus padres, en la tierra de Egipto, en el campo de Zoán. 13Dividió el mar y los hizo pasar, y contuvo las aguas como en un montón. 14Después los guió de día con la nube, y toda la noche con un resplandor de fuego. 15Partió las rocas en el desierto, y les dio agua tan abundante como las profundidades del océano; 16hizo salir corrientes de la peña, e hizo descender aguas como ríos. 17Pero aún siguieron pecando contra El, rebelándose contra el Altísimo en el desierto. 18Y en sus corazones tentaron a Dios, pidiendo comida a su gusto. 19Hablaron contra Dios, y dijeron: ¿Podrá Dios preparar mesa en el desierto? 20He aquí, hirió la roca y brotaron aguas, y torrentes se desbordaron; ¿podrá también dar pan?, ¿proveerá carne para su pueblo? 21Por tanto, al oírlo, el SEÑOR se indignó; un fuego se encendió contra Jacob, y aumentó también la ira contra Israel, 22porque no creyeron en Dios, ni confiaron en su salvación. 23Sin embargo, dio órdenes a las nubes arriba, y abrió las puertas de los cielos; 24hizo llover sobre ellos maná para comer, y les dio comida del cielo. 25Pan de ángeles comió el hombre; Dios les mandó comida hasta saciarlos. 26Hizo soplar en el cielo el viento solano, y con su poder dirigió el viento del sur, 27El hizo llover sobre ellos carne como polvo, aladas aves como la arena de los mares, 28y las hizo caer en medio del campamento, alrededor de sus viviendas. 29Comieron y quedaron bien saciados, y les concedió su deseo. 30Antes de que hubieran satisfecho su deseo, mientras la comida aún estaba en su boca, 31la ira de Dios se alzó contra ellos y mató a algunos de los más robustos, y subyugó a los escogidos de Israel. 32A pesar de todo esto, todavía pecaron y no creyeron en sus maravillas. 33El, pues, hizo terminar sus días en vanidad, y sus años en terror súbito. 34Cuando los hería de muerte, entonces le buscaban, y se volvían y buscaban con diligencia a Dios; 35se acordaban de que Dios era su roca, y el Dios Altísimo su Redentor. 36Mas con su boca le engañaban, y con su lengua le mentían. 37Pues su corazón no era leal para con El, ni eran fieles a su pacto. 38Mas El, siendo compasivo, perdonaba sus iniquidades y no los destruía; muchas veces contuvo su ira, y no despertó todo su furor. 39Se acordaba de que ellos eran carne, un soplo que pasa y no vuelve. 40¡Cuántas veces se rebelaron contra El en el desierto, y le entristecieron en las soledades! 41Tentaron a Dios una y otra vez, y afligieron al Santo de Israel. 42No se acordaron de su poder, del día en que los redimió del adversario, 43cuando hizo sus señales en Egipto, y sus prodigios en el campo de Zoán. 44Convirtió en sangre sus ríos y sus corrientes, y no pudieron beber. 45Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, y ranas que los destruían. 46Entregó también sus cosechas al saltamontes, y el fruto de su trabajo a la langosta. 47Con granizo destruyó sus vides, y sus sicómoros con escarcha. 48Entregó también al granizo sus ganados, y sus rebaños a los rayos. 49Envió sobre ellos el ardor de su ira, furia, indignación y angustia, un ejército de ángeles destructores. 50Preparó senda para su ira; no eximió sus almas de la muerte, sino que entregó sus vidas a la plaga, 51e hirió a todos los primogénitos en Egipto, las primicias de su virilidad en las tiendas de Cam. 52Mas a su pueblo lo sacó como a ovejas, como a rebaño los condujo en el desierto; 53los guió con seguridad, de modo que no temieron, pero el mar se tragó a sus enemigos. 54Los trajo, pues, a su tierra santa, a esta tierra montañosa que su diestra había adquirido. 55Y expulsó a las naciones de delante de ellos; las repartió con medida por herencia, e hizo habitar en sus tiendas a las tribus de Israel. 56Empero ellos tentaron y provocaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios, 57sino que se volvieron atrás y fueron desleales como sus padres; se desviaron como arco engañoso. 58Pues le provocaron con sus lugares altos, y despertaron sus celos con sus imágenes talladas. 59Al oírlo Dios, se indignó, y aborreció a Israel en gran manera. 60Abandonó la morada en Silo, la tienda que había levantado entre los hombres, 61y entregó al cautiverio su poderío, y su gloria en manos del adversario. 62Entregó también su pueblo a la espada, y se indignó contra su heredad. 63El fuego consumió a sus jóvenes, y no tuvieron canciones de bodas sus doncellas. 64Sus sacerdotes cayeron a espada, y sus viudas no pudieron llorar. 65Entonces despertó el Señor como de un sueño, como guerrero vencido por el vino, 66e hizo retroceder a sus adversarios, poniendo sobre ellos una afrenta perpetua. 67Desechó también la tienda de José, y no escogió a la tribu de Efraín, 68sino que escogió a la tribu de Judá, al monte Sion que El amaba. 69Y edificó su santuario como las alturas, como la tierra que ha fundado para siempre. 70Escogió también a David su siervo, lo tomó de entre los apriscos de las ovejas; 71lo trajo de cuidar las ovejas con sus corderitos, para pastorear a Jacob, su pueblo, y a Israel, su heredad. 72Y él los pastoreó según la integridad de su corazón, y los guió con la destreza de sus manos.

Salmo 78 Acciones de Dios en favor de su pueblo

Acciones de Dios en favor de su pueblo

1 Pueblo mío, atiende a mi enseñanza;
¡inclínate a escuchar lo que te digo!

2 Voy a hablar por medio de refranes;
diré cosas que han estado en secreto
desde tiempos antiguos.

3
Lo que hemos oído y sabemos
y nuestros padres nos contaron,

4
no lo ocultaremos a nuestros hijos.
Con las generaciones futuras alabaremos al Señor
y hablaremos de su poder y maravillas.

5
Dios estableció una ley para Jacob;
puso una norma de conducta en Israel,
y ordenó a nuestros antepasados
que la enseñaran a sus descendientes,

6
para que la conocieran las generaciones futuras,
los hijos que habían de nacer,
y que ellos, a su vez, la enseñaran a sus hijos;

7 para que tuvieran confianza en Dios
y no olvidaran lo que él había hecho;
para que obedecieran sus mandamientos

8 y no fueran como sus antepasados,
rebeldes y necios,
faltos de firmeza en su corazón y espíritu;
¡generación infiel a Dios!


9 Los de la tribu de Efraín, que estaban armados con arcos y flechas,
dieron la espalda el día del combate;

10 no respetaron su alianza con Dios
ni quisieron obedecer sus enseñanzas.

11
Se olvidaron de lo que él había hecho,
de las maravillas que les hizo ver.

12
Dios hizo maravillas delante de sus padres
en la región de Soan, que está en Egipto:

13
partió en dos el mar, y los hizo pasar por él,
deteniendo el agua como un muro.

14
De día los guió con una nube,
y de noche con luz de fuego.

15
En el desierto partió en dos las peñas,
y les dio a beber agua en abundancia.

16
¡Dios hizo brotar de la peña
un torrente de aguas caudalosas!


17
Pero ellos siguieron pecando contra Dios; se rebelaron contra el Altísimo en el desierto.
18 Quisieron ponerle a prueba pidiendo comida a su antojo. 19 Hablaron contra él, diciendo:
«¿Acaso puede Dios servir una mesa en el desierto?
20 Es verdad que Dios partió la peña,
que de ella brotó agua como un río, y que la tierra se inundó; pero, ¿podrá dar también pan?
¿Podrá dar carne a su pueblo?»


21
Cuando el Señor oyó esto, se enojó; ¡su furor, como un fuego, se encendió contra Jacob!
22 Porque no confiaron en Dios ni creyeron en su ayuda. 23 Sin embargo, Dios dio órdenes a las nubes y abrió las puertas del cielo; 24 ¡hizo llover sobre su pueblo el maná,
trigo del cielo, para que comieran!
25 ¡El hombre comió pan de ángeles!
¡Dios les dio de comer en abundancia!
26 El viento del este y el viento del sur
soplaron en el cielo; ¡Dios los trajo con su poder!
27 Hizo llover carne sobre su pueblo;
¡llovieron aves como arena del mar!
28 Dios las hizo caer en medio del campamento
y alrededor de las tiendas de campaña.
29 Y comieron hasta hartarse,
y así Dios les cumplió su deseo.
30 Pero aún no habían calmado su apetito,
todavía tenían la comida en la boca,
31 cuando el furor de Dios cayó sobre ellos
y mató a los hombres más fuertes. ¡Hizo morir a los mejores hombres de Israel!


32
A pesar de todo, volvieron a pecar; no creyeron en las maravillas de Dios.
33 Por eso Dios puso fin a sus vidas como si fueran un suspiro y en medio de un terror espantoso. 34 Si Dios los hacía morir, entonces lo buscaban; se volvían a él y lo buscaban sin descanso; 35 entonces se acordaban del Dios altísimo que los protegía y los rescataba. 36 Pero con su boca y su lengua
le decían hermosas mentiras,
37 pues nunca le fueron sinceros ni fieles a su alianza.

38
Pero Dios tenía compasión, perdonaba su maldad y no los destruía; muchas veces hizo a un lado el enojo y no se dejó llevar por la furia.
39 Dios se acordó de que eran simples hombres; de que eran como el viento, que se va y no vuelve. 40 ¡Cuántas veces desobedecieron a Dios y le causaron dolor en el desierto! 41 Pero volvían a ponerlo a prueba; ¡entristecían al Santo de Israel! 42 No se acordaron de aquel día cuando Dios, con su poder, los salvó del enemigo; 43 cuando en los campos de Soan, en Egipto, hizo cosas grandes y asombrosas; 44 cuando convirtió en sangre los ríos, y los egipcios no pudieron beber de ellos. 45 Mandó sobre ellos tábanos y ranas, que todo lo devoraban y destruían; 46 entregó a la langosta las cosechas por las que ellos habían trabajado. 47 Con granizo y escarcha destruyó sus higueras y sus viñas. 48 Sus vacas y sus ovejas murieron bajo el granizo y los rayos. 49 Dios les envió la furia de su enojo:
furor, condenación y angustia, como mensajeros de calamidades.
50 ¡Dio rienda suelta a su furor!
No les perdonó la vida, sino que los entregó a la muerte;
51 ¡hizo morir en Egipto mismo
al primer hijo de toda familia egipcia!


52
Sacó a Israel como a un rebaño de ovejas; llevó a su pueblo a través del desierto.
53 Los llevó con paso seguro para que no tuvieran miedo, pero a sus enemigos el mar los cubrió. 54 Dios trajo a su pueblo a su tierra santa, ¡a las montañas que él mismo conquistó! 55 Quitó a los paganos de la vista de Israel; repartió la tierra en lotes entre sus tribus, y las hizo vivir en sus campamentos.

56
Pero ellos pusieron a prueba al Dios altísimo rebelándose contra él y desobedeciendo sus mandatos;
57 pues, lo mismo que sus padres, lo abandonaron y le fueron infieles;
¡se torcieron igual que un arco falso!
58 Lo hicieron enojar con sus altares paganos;
adorando ídolos, lo provocaron a celos.
59 Dios se enojó al ver esto, y rechazó por completo a Israel, 60 y abandonó el santuario de Siló, que era su casa entre los hombres. 61 Permitió que sus enemigos capturaran el símbolo de su gloria y su poder. 62 Tan furioso estaba contra su pueblo, que los entregó a la espada del enemigo. 63 Los muchachos murieron quemados;
¡no hubo canción de bodas para las novias!
64 Los sacerdotes murieron a filo de espada,
y sus viudas no los lloraron.


65 Pero despertó el Señor, como de un sueño, como guerrero que vuelve en sí del vino, 66 y derrotó a sus enemigos, y los hizo huir; ¡los cubrió de vergüenza para siempre! 67 Rechazó además a la casa de José, y no escogió a la tribu de Efraín; 68 eligió en cambio a la tribu de Judá
y a su amado monte Sión.
69 Construyó un santuario, alto como el cielo, y lo afirmó para siempre, como a la tierra. 70 Escogió a su siervo David, el que era pastor de ovejas; 71 lo quitó de andar tras los rebaños, para que cuidara a su pueblo, para que fuera pastor de Israel. 72 Y David cuidó del pueblo de Dios; los cuidó y los dirigió con mano hábil y corazón sincero.

Angel de la Guarda

Normas de ciudadanía

Éx 22, 20-26
Lectura del libro del Éxodo

Éstas son las normas que el Señor dio a Moisés: No maltratarás al extranjero ni lo oprimirás, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto.
No harás daño a la viuda ni al huérfano. Si les haces daño y ellos me piden auxilio, Yo escucharé su clamor. Entonces arderá mi ira, y Yo los mataré a ustedes con la espada; sus mujeres quedarán viudas, y sus hijos huérfanos.
Si prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo antes que se ponga el sol, porque ese es su único abrigo y el vestido de su cuerpo. De lo contrario, ¿con qué dormirá? Y si él me invoca, Yo lo escucharé, porque soy compasivo.